El Poema
de Mío Cid, obra de los siglos XI o XII, es un extenso poema épico, máximo
exponente del mester de juglaría (poesía hecha por los juglares), que cuenta
las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, quien por dos veces pierde su honor y lo
recupera con creces. La obra está dividida en tres partes o cantares:
El género
principal de la poesía épica fue el de los cantares de gesta, extensas
narraciones en verso en las que se exaltan las hazañas y las virtudes de los
héroes.
I. Características generales de la Edad Media
La Edad
Media transcurre durante una larga etapa histórica que abarca desde la
caída del Imperio Romano (en el año 476) y la conquista de Constantinopla, en
el siglo XV. En España ese final se suele situar en el descubrimiento de América
y la expulsión de los judíos (1492). La Edad Media se divide, a su vez, en
varios períodos denominados Primera Edad Media (476-siglo VIII); Alta Edad
Media (siglos VIII-XII) y Baja Edad Media (siglos XIII-XV).
En la
península ibérica, esta época estará marcada, fundamentalmente, por la Reconquista
y en toda Europa por las Cruzadas, las expediciones cristianas enviadas
para rescatar los santos lugares. Este hecho y la estructuración de la sociedad
se verán reflejados en la literatura medieval. Además, la convivencia de tres
culturas (cristiana, árabe y judía) creará una rica cultura que,
igualmente, caracterizará y aportará originalidad a nuestra literatura.
Asimismo relevante en la península fue el fenómeno de la peregrinación a
Santiago de Compostela, lo que supuso una vía importante de contacto con
Europa.
La sociedad
medieval en los reinos cristianos de la península se caracterizó por una
clara jerarquía de estamentos. La sociedad, a modo de pirámide en cuya cúspide
se encontraba el rey como máxima autoridad, representante de los poderes
terrenales y divinos, se dividía en los siguientes estamentos:
- La nobleza: Dedicada a las tareas de la guerra y la caza, estaba obligada a servir al rey, mediante el juramento del vasallaje. Poseían grandes extensiones de terreno y riqueza.
- El clero: Su labor era, fundamentalmente, adoctrinar a las gentes y conservar y transmitir la cultura. Los monasterios fue el lugar propicio para la conservación de dicha cultura y de donde surgirían las primeras universidades.
- El pueblo llano: Constituía la mayor parte de la población y se dedicaban a la agricultura, la ganadería o la artesanía. Carecían de derechos y muchos de ellos vivían casi en la esclavitud.
Hacia el
siglo XV, esta situación social cambia al surgir la burguesía, una vez
que, de manera incipiente, empiezan a aflorar las ciudades. Esto supondrá una
crisis en la ideología y la política medieval, que veremos en reflejada en
obras como La Celestina.
El feudalismo
era la organización político-económica de la sociedad medieval. En esta
organización existían dos elementos importantes:
- El vasallaje, que consistía en la relación personal por la cual el vasallo había de ofrecer o cumplir unos servicios al señor a cambio de la protección de éste.
- El beneficio, que era el pago por dichos servicios, normalmente mediante la concesión de tierras.
La sociedad
medieval era teocéntrica, en la que Dios era el centro de todo y la
influencia de la iglesia era muy importante.
II. aracterísticas generales de la literatura medieval
La
literatura fue el reflejo de la sociedad medieval y de su mentalidad. Las
principales características de la literatura medieval son:
- La importancia de la transmisión oral: Gran parte de la literatura se difundía mediante la recitación, dado que la población era analfabeta en su mayoría.
- El carácter anónimo de sus autores: Al principio, sobre todo, la literatura surge de la colectividad y luego va siendo modificada por los juglares o quienes la transmiten.
- La finalidad didáctica o moralizante: La influencia religiosa determina que, en muchos casos, la literatura se utilice para influir en los oyentes. Otras veces, la literatura sirve de propaganda de los valores de un rey o de un pueblo, como ocurrirá con los cantares de gesta.
- El uso del verso: Hasta bien entrada la Edad Media (siglo XIV), el verso será el modo usual de escribir, dada su facilidad para la recitación.
La poesía
lírica se manifestó de forma espontánea y fue la más extendida durante la Edad
Media y surgió en todas las lenguas de la península ibérica: castellano,
gallego, catalán y mozárabe. Estas composiciones se cantaban en los distintos
actos de la vida, tal como lo demuestran sus contenidos: de boda, de siega, de
romería, etc. Pero el tema constante y más importante era el del amor, como
expresión, sobre todo, del sentimiento de la amada.
Aunque en
cada zona de la península esta poesía de tema amoroso presenta sus
particularidades, todas ellas comparten las siguientes coincidencias:
- Contenido: la enamorada se lamenta por la pérdida, ausencia o tardanza del amado.
- Confidente: la muchacha expresa sus lamentos de amor a algo o a alguien: la madre, la hermana, la amiga, las olas del mar, las flores del campo, etc.
- Motivos comunes: Suelen aparecen situaciones o motivos relacionados con el amor o el encuentro amoroso: el río y las fiestas, como lugar o momento para el encuentro amoroso; la cinta, como símbolo de virginidad, etc.
- Estructura métrica: Las canciones se suelen adaptar a la estructura zejelesca o a la estructura paralelística.
La estructura
paralelística consiste en la repetición de los versos, cambiando sólo la
palabra de la rima. El leixaprén (deja y toma) es una forma
especial de paralelismo que consiste en que una estrofa empieza con el mismo
verso con el que había finalizado alguna estrofa anterior.
La estructura
zejelesca era aquélla en donde se utilizaba el zéjel. El zéjel es un tipo
de poema procedente de la poesía arábigo-andaluza y aparece en castellano en el
siglo XIV. Está formado por versos octosílabos y tiene la siguiente estructura:
- Estribillo: uno o dos versos.
- Mudanza o glosa: tres o cuatro versos monorrimos.
- Verso de vuelta: verso que rima con el estribillo.
- Estribillo.
Existen en
la península cuatro grandes núcleos líricos.
1. Lírica arábigo-andaluza
Se
desarrolló en la mitad sur de España, en territorio mozárabe, lengua hablada
por los hispanomusulmanes y formada por la mezcla de árabe y lengua romance. La
manifestación poética más importante fue la jarcha, cancioncilla en
lengua mozárabe que se incluía al final de poemas cultos, escritos en árabe o
hebreo, llamados moaxajas. Las jarchas son las composiciones líricas más
antiguas que se conocen y pudieron haber sido compuestas hacia el siglo 1000.
2. Lírica gallego-portuguesa
Se
desarrolló al Noroeste de la península, en el territorio que hoy es Galicia y
Norte de Portugal. La manifestación más importante de esta lírica es la cantiga
de amigo que, al igual que las jarchas, son poemas de amor puestos en boca
de una mujer que se lamenta por la ausencia, tardanza o abandono de su amado.
Se caracteriza por una fuerte monotonía que se manifiesta en el uso limitado
del vocabulario y de las estructuras sintácticas, basadas en la estructura
paralelística de su métrica.
3. Lírica tradicional castellana
Es el núcleo
lírico más tardío. Los primeros textos que recogen testimonio de este tipo de
lírica compuesta en castellano datan del siglo XV. La composición más
representativa es el villancico de amigo, que contiene el mismo tema y
contenido que las jarchas y las cantigas de amigo y se desarrolla, normalmente,
en estructura zejelesca, aunque también puede aparecer glosado en estructura
paralelística.
Otros tipos
de composiciones tradicionales castellanas son:
- Canción de amor puesta en boca del enamorado: En ellas es el hombre, y no la mujer, el que expresa sus quejas de amor.
- Canciones de boda, siega, romería, etc.: Recogen el mundo folclórico de la época.
- Canciones de serrana: Cuando la protagonista es una serrana a la que se le requiere de amores. A veces, es ella quien expresa sus quejas. Hay que señalar dos grupos dentro de este tipo de composiciones:
- Aquél en que aparece una serranilla, de carácter refinado y cortés.
- Aquél en que aparece una serrana forzuda y corpulenta, capaz de cargar a cuestas al caballero y donde el elemento erótico es importante.
- Canciones de albada: Aquéllas en las que el tema del amor se desarrolla al llegar el alba. También encontramos de dos clases:
- la albada, que cuenta la separación de los amantes al amanecer.
- La alborada, en la que los amantes se citan al llegar la mañana.
4. Lírica
catalano-provenzal
Surge en el
siglo XII en las cortes provenzales. Es un tipo de poesía refinada, cantada por
los trovadores en los palacios y casas señoriales para distraer a los grandes
señores. Influye en otros tipos de lírica tradicional de la península mediante
la cansó, la pastorela o la albada, así como con la
ideología del amor cortés, juego poético en donde se establece un
paralelismo entre la relación vasallo-señor feudal y enamorado-dama. Así, al
hablar de las relaciones entre el poeta y la dama se utiliza un léxico feudal:
se llama midons (mi señor) a la dama.
La poesía
épica se encuadra dentro del mester de juglaría, esto es, la escuela
poética propia de los juglares. Los cantares de gesta eran recitados de memoria
por los juglares que actuaban en las plaza de los pueblos y ciudades, en los
castillos o en las estancias de la corte, a cambio de un pago por sus
servicios. Sabían danzar, tocar instrumentos, recitar y realizar ejercicios
acrobáticos y circenses.
2. Características de la épica española
Los cantares
de gesta surgieron entre los siglos XII y XIII. Se han conservado muy pocos
debido a que su transmisión era oral y no escrita. Además del Poema de Mío
de Cid, que se conserva casi completo, nos han llegado fragmentos del Cantar
de Roncesvalles y del Cantar de las Mocedades de Rodrigo. De otros
cantares de gesta nos han llegado noticia a través de crónicas históricas que
los utilizaron como fuente.
Otras
características de los cantares de gesta de nuestra literatura son: su carácter
anónimo, pues el autor no los firmó; su gran vitalidad, pues sus temas
pervivieron en la literatura posterior (romancero, comedia nacional, drama
neoclásico, romántico y moderno, en la lírica, en la novela, etc.); su
realismo, pues se compusieron en fechas cercanas a los hechos que cuentan y
apenas aparecen elementos fantásticos.
3. El Poema de Mío Cid
- El cantar del destierro: Narra cómo El Cid es desterrado por pedir juramento al rey Alfonso VI. El héroe abandona Castilla después de dejar a su mujer e hijas en el monasterio de San Pedro de Cardeña. Ya en tierra de moros, entabla diversas batallas por Castejón, Alcocer, Calatayud, hasta llegar a Huesca, Zaragoza y Lérida. En estas escaramuzas hace preso al conde de Barcelona.
- El cantar de las bodas: El Cid conquista Valencia, envía un regalo al rey y su mujer e hijas se reúnen con el héroe en sus nuevas tierras. Los infantes de Carrión solicitan el casamiento con las hijas de El Cid, para lo cual intercede el rey.
- El cantar de la afrenta de Corpes: Los infantes de Carrión, hombres cobardes, no soportan las burlas de los hombres de El Cid y deciden vengarse en las hijas del caballero castellano, a las que azotan y abandonan en el robledal de Corpes. Ante esto El Cid pide justicia al rey, quien convoca unas cortes donde se restaura el honor afrentado. Las hijas de El Cid terminan casándose con los infantes de Navarra y Aragón.
La métrica
del Poema de Mío Cid es irregular: realizado en versos cuya medida
fluctúa entre 10 y 20 sílabas aunque predominan los de 13, 14 y 15 y que se
agrupan en tiradas (grupos de versos con una sola rima asonante).
De su estilo
cabe destacar:
- El uso del epíteto épico, para enaltecer y magnificar al héroe ("el que en buena hora nació", "el que en buena hora ciñó espada").
- Fórmulas dirigidas al oyente, con el fin de comunicarse con él y de que participe en la narración ("Como oiréis contar", "Bien oiréis lo que dirá"). - o elementos simbólicos (movimientos de los personajes, elementos decorativos, etc.).
- Episodios humorísticos, cuya función principal era la de divertir al auditorio e introducir un momento de distensión en medio de sucesos dramáticos (episodio de las arcas en el cantar I; el episodio del Conde de Barcelona al final del cantar I; el episodio del león en el cantar III).
En cuanto al
personaje protagonista hay que destacar su conducta ejemplar. Se nos
presenta como un hombre de conducta intachable: es valiente, astuto, prudente,
amoroso padre de familia, con gran conciencia de su honra y un fuerte sentimiento
religioso.
V. El mester de clerecía. Los Milagros de Nuestra
Señora, de Gonzalo de Berceo y el Libro del Buen Amor, del
Arcipreste de Hita
1. El mester de clerecía
La otra
escuela poética existente en la Edad Media fue el mester de clerecía. Tuvo su
apogeo durante los siglos XIII y XIV y a ella pertenecen los clérigos y los
autores cultos.
La
característica formal más notable de esta escuela es la utilización de la cuaderna
vía, estrofa de cuatro versos con la misma rima (monorrimos) consonante.
2. Los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de
Berceo
Los Milagros
de Nuestra Señora es la obra más importante de Gonzalo de Berceo. Comienza
con una introducción alegórica en la que el autor se presenta a sí mismo
en una naturaleza idealizada, descanso del hombre, que simboliza las virtudes y
perfecciones de la Virgen.
A
continuación, se suceden veinticinco milagros realizados por la Virgen a
favor de personas que sienten una gran devoción por ella. Berceo no inventa,
sólo pretende difundir en lengua romance los relatos ya existentes sobre la
Virgen, los cuales él modifica con libertad. Las principales características
de los Milagros son las siguientes:
- Berceo introduce elementos cotidianos para atraer a sus oyentes.
- Introduce un tono humorístico y emplea metáforas y comparaciones espontáneas.
- Introduce elementos del arte juglaresco, como el uso de expresiones para llamar la atención de sus oyentes.
- Al final de cada relato aparece una moraleja o enseñanza para hacer comprender al oyente las ventajas que reporta ser un devoto de la Virgen.
Se pueden
distinguir tres grupos de milagros:
- En los que María premia o castiga a los hombres, como "La casulla de San Ildefonso".
- En los que la Virgen perdona y logra salvar de la condenación a sus devotos, como "El sacristán impúdico".
- En los que los personajes sufren una crisis espiritual y María les ayuda a solucionar el conflicto, como "La abadesa encinta".
El personaje
de la Virgen aparece dotado de sentimientos humanos. Así, unas veces se
comporta como una mujer celosa y otras veces se enfada con los que no la
sirven.
3. El Libro de Buen Amor, del Arcipreste de
Hita
El Libro
de Buen Amor es una composición extensa y variada de 1700 estrofas, cuyo
hilo conductor lo constituye el relato de la autobiografía ficticia del
autor, quien es representado por don Melón de la Huerta.
El libro se
caracteriza por su gran variedad: de contenido (ejemplos,
narraciones amorosas, serranillas, elementos didácticos, composiciones líricas,
etc.); métrica (además de la cuaderna vía utiliza estrofas de dieciséis
versos, estrofas zejelescas, etc.); de tono (serio, festivo, religioso,
profano, etc.).
Se
distinguen, entre otros, los siguientes elementos en la obra:
- Una introducción donde el autor explica el sentido e interpretación del libro.
- Una autobiografía ficticia del autor, que consiste en narrar sus amores con distintas mujeres, ayudado por Trotaconventos.
- Una narración de los amores de don Melón y doña Endrina.
- Una colección de ejemplos, fábulas y cuentos, que sirven como enseñanza moral y cierre de los episodios.
- El relato alegórico de la batalla de don Carnal y doña Cuaresma.
Es
importante el uso de la parodia y la ambigüedad en la obra, lo
que influye en la verdadera intención de la misma. Así, por un lado, se puede
deducir un carácter moralizante y didáctico cuando nos muestra la
lección moral sobre la infelicidad y el alejamiento de Dios que provoca el loco
amor. Pero, por otro, el tono de algunos pasajes invita al goce de los placeres
de la vida.
Las Coplas
por la muerte de su padre, de asunto moral, es la obra más importante de
Jorge Manrique (1440-1479). Esta obra, realizada con motivo de la muerte de su
progenitor, pertenece al género poético de la elegía y es una reflexión
sobre la vida, la fama, la fortuna y la muerte con resignación cristiana. Está
formada por cuarenta coplas, cada una de las cuales se compone de dos
sextillas, coplas manriqueñas o coplas de pie quebrado, cuyo esquema métrico es
8a, 8b, 4c, 8a, 8b, 4c. El ritmo de las estrofas es lento e interrumpido por
los tetrasílabos, dando así un tono funeral a la composición.
En cuanto al
contenido, las Coplas forman una elegía por la muerte del padre
del autor, don Rodrigo Manrique, donde el poeta se lamenta de la inestabilidad
de la fortuna, la fugacidad de las cosas humanas y de la vida, del poder
igualatorio de la muerte. La fama es lo único duradero: esta forma de pensar
anuncia la llegada del próximo Renacimiento.
Otros temas
que aparecen en la obras son:
- El paso inexorable del tiempo.
- La vida como camino.
- La vanidad de las cosas mundanas.
- El tema del Ubi sunt para evidenciar la fugacidad de la vida.
- El tema de la fortuna.
- La descripción de don Rodrigo Manrique.
- La visión cristiana de la muerte.
- Los tres tipos de vida: terrenal, de la fama y eterna.
La estructura
de las Coplas va de lo general a lo particular:
- Habla en un sentido general sin aludir a nadie (coplas 1-14).
- Pone ejemplos de los dicho anteriormente en personas de la época, utilizando el tema clásico del Ubi sunt (coplas 15-24).
- Se centra por fin en la figura del padre, al que alaba como un ejemplo de virtud (coplas 25-40).
1. La prosa medieval
Hasta el
siglo XII toda la prosa literaria estaba escrita en latín. Tras el impulso y
madurez que la lengua castellana adquirió durante ese siglo con la labor de
Alfonso X el Sabio -que reinó entre 1252 y 1284- y la Escuela de Traductores de
Toledo, aparecen algunos textos narrativos escritos en lengua romance:
colecciones de cuentos, como el Libro de Calila e Dimna, o
recopilaciones de sentencias, como el Poridat de Poridades.
2. El Conde Lucanor
El Conde
Lucanor (1282-1340)
es la obra principal de Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X el Sabio,
quien la escribió en el siglo XIV y quien afianzó la prosa literaria en
castellano. El libro está formado por 50 ejemplos con la misma estructura: El
Conde Lucanor pide consejo a su ayo Patronio, sobre problemas que se le plantean.
Éste le narra un cuento que le ofrece la solución. Cada narración acaba con una
moraleja que resume la lección aprendida.
Todas las
narraciones de estos cuentos tienen la misma estructura:
- Introducción: El Conde Lucanor tiene un problema y le pide consejo a Patronio.
- Núcleo: Patronio cuenta un cuento que se asemeja al problema planteado.
- Aplicación: Patronio aconseja la manera adecuada de solucionar el problema, en relación con el cuento narrado.
- Moraleja: Se termina con dos versos en los que el autor resume la enseñanza de la narración.
En la obra
se utilizan cuentos de diferentes procedencias (árabes, clásicos, etc.). En
todos los cuentos es patente la intención didáctica, al dar soluciones a
los problemas que a una persona pueden planteársele en su vida.
El romance
es una composición poética de carácter épico-narrativo nacida para ser cantada,
formada por versos octosílabos con rima asonante en los pares y cuyo origen se
encuentra en los cantares de gesta. El interés por éstos, con el paso del
tiempo, fue decayendo y sus fragmentos más atrayentes fueron transformados en
romance mediante la ruptura de cada uno de los versos de aquél en dos partes
para formar cada uno de los versos del romance.
Se denomina Romancero
al conjunto de romances cantados por los juglares desde finales del siglo XIV
hasta el siglo XV. Los escritos durante los siglos XV y XVI por autores
conocidos, como Cervantes, Lope de Vega, Góngora o Quevedo, forman el Romancero
Nuevo.
El romance
es una composición creada por la colectividad, por lo que su autor es anónimo y
constituye también la razón de que existan múltiples versiones de un mismo
romance.
Por su tema,
los romances pueden clasificarse en:
- Tradicionales: Provienen de un hecho histórico o de los cantares de gesta.
- Juglarescos: Su origen es diferente de los anteriores.
- de Tema francés:
- Carolingios: cuentan las hazañas de Carlomagno y otros personajes de su corte.
- Bretones: recogen las leyendas del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda.
- Noticieros: Vienen derivados de la convivencia con los árabes y pueden ser fronterizos y moriscos.
- De invención: Fruto de la imaginación de los autores.
- Líricos: Tratan el tema amoroso y la expresión de sentimientos. Predomina la descripción y la acción es escasa.
- Novelescos: Destaca el elemento narrativo, la ficción y el diálogo entre los personajes.
Por su estructura,
el romance puede ser:
- Romance-cuento: relata una historia completa de principio a fin.
- Romance-escena: se concentra en un momento concreto de la acción.
Los romances
presentan rasgos de estilo propios de la tradición oral:
- Uso de arcaísmos.
- Alusión a los oyentes.
- Utilización del fragmentarismo o truncamiento: la acción se interrumpe al final, dejando el desenlace a la imaginación del oyente o lector.
- Variedad en las formas verbales, mediante la aparición de distintos tiempos en un mismo romance.
- Uso de fórmulas para expresar sentimientos, circunstancias espaciales y temporales, etc.
- Lenguaje sencillo y con gran capacidad de sugerencia.
- Uso de repeticiones, paralelismos y aliteraciones.
La Celestina es el título por el que se conoce
la Comedia o Tragicomedia de Calisto y Melibea, la cual fue
publicada en dos versiones diferentes: una en 1499, que constaba de 16 actos; y
otra, en 1508, que tiene 21 actos. Pertenece al género de la comedia
humanística, género inspirado en la comedia latina, que estaba destinado a
ser leído y no representado.
El autor es Fernando
de Rojas, nacido en Puebla de Montalbán (Toledo), hacia 1475, de familia
conversa (judíos convertidos al cristianismo), que estudió leyes en Salamanca y
fue alcalde de Talavera de la Reina. Murió en 1541.
La obra
cuenta cómo Calisto, joven noble, entra en un jardín para recobrar su halcón
perdido, y allí conoce a Melibea, de la que se enamora y la que le rechaza
inicialmente. Calisto, por consejo de su criado Sempronio, contrata los
servicios de Celestina para alcanzar los favores de la muchacha. Aquélla
consigue con sus trucos concertar una cita entre Calisto y Melibea y, como
premio, recibe del enamorado una cadena de oro. Sempronio y Pármeno, criados de
Calisto y socios de Celestina en el negocio, reclaman su parte. La anciana se
niega al reparto y ambos la asesinan, crimen por el que son ajusticiados. Sus
compañeras, Elicia y Areúsa, deciden vengarse por lo sucedido en las personas
de los amantes contratando a Centurio. Una noche, estando Calisto con Melibea,
al oír los ruidos provocados por Centurio y sus acompañantes, el amante resbala
de una escala y muere. Melibea, desesperada, se arroja al vacío desde una torre
de la casa de su padre, Pleberio, quien cierra la obra con un lamento por su
hija muerta.
El rasgo más
llamativo de la obra es su realismo psicológico, al retratar el ambiente
burgués y la sociedad en crisis de la época. Se refleja una nueva clase de
criados y su relación meramente económica con sus amos. Se pone en evidencia la
crisis de los ideales heroicos y religiosos frente a la importancia que
adquiere el dinero.
Los personajes
celestinescos también muestran una perfecta caracterización:
- Melibea es una mujer enérgica y que toma sus propias decisiones. Es arrogante, apasionada, hábil para improvisar y con un carácter fuerte.
- Calisto se muestra débil de carácter, que olvida sus obligaciones y sólo piensa en sí mismo y en el interés sexual por Melibea.
- Celestina se presenta como una persona vital, movida fundamentalmente por la codicia.
- Los criados no guardan fidelidad a su amo y buscan su propio beneficio también. Esta actitud la muestra Sempronio desde el principio y Pármeno una vez que es despreciado por Calisto.
El lenguaje
se muestra también con total realismo. Así, se utiliza el lenguaje culto -lleno
de figuras retóricas, sintaxis latinizante, latinismos, frases largas, etc.) y
el lenguaje vulgar -repleto de obscenidades, palabras malsonantes, amenazas,
refranes, etc.). Cada personaje utiliza el nivel del lenguaje que le es propio.
Celestina utilizará el que más le interese en función del personaje con el que
hable. También sería de destacar el uso del aparte, que consiste en una
convención del teatro por la cual uno de los personajes habla sin que lo oiga
su interlocutor.
La intención de la obra es claramente moral: advertir de los peligros del
amor desenfrenado y de los engaños de criados y alcahuetas ante la ingenuidad
de los locos amantes. Muestra una visión pesimista de la vida, fruto, tal vez,
de la crisis social de la época.
No hay comentarios:
Publicar un comentario